Juan Francisco Moneo, por Manolo Rincón




El Sr. Moneo (profesor de la Escuela Preparatoria) me pareció siempre un todo terreno. Le conocí en el año 53, nada más entrar en Iniciación A. Un día vino a la clase, me llamó y me empezó a preguntar en que trabajaba mi padre, cuantos hermanos tenía, etc. Muy sonriente y campechano, era de los profesores más jóvenes que había allí. En principio me dio confianza y me produjo buena impresión.

Llevaba unas gafas graduadas obscuras, y chaqueta y corbata a la usanza.

Cuando vi ya como funcionaba el Colegio, descubrí que los sábados por la mañana teníamos cine en el salón de actos, y lo proyectaba el Sr. Moneo. Como el tema me interesaba, me pegaba a él y veía como ponía el proyector, como cambiaba las bobinas y como sincronizaba el paso de la película.

Junto a él me tragué muchas películas de caballistas, como entonces se decía.

Con el tiempo vio mi interés y me fue enseñando, hasta que yo mismo fui capaz de cambiar una bobina y rebobinar un rollo de película. Todo lo hizo con cariño y con una sonrisa en los labios.

Otra de sus facetas era explicarnos las clases de política. Recuerdo que contaba unas batallitas, donde siempre había malos y buenos, pero también siempre eran los mismos. En mi tierna mente se me grababa que hubo unos rojos que eran malísimos, mataban a todo el mundo, quemaban las iglesias y martirizaban a los sacerdotes, y unos buenísimos que los derrotaron y los metieron en prisión por sus maldades. Terminábamos la clase cantando canciones, como Montañas Nevadas, Yo tenía un camarada, y otras parecidas.

Nunca me sentí presionado por la política que nos contaba. A mí lo que me contaba él, me sonaba a un cuento como el de caperucita o similar.

Pero no paraban ahí sus dotes. También era el portero del equipo de profesores en el tradicional partido profesores-alumnos que se celebraba con motivo de la festividad de Santo Tomás de Aquino. Muchos años le vi jugar.

Siempre le saludaba, aunque ya estuviese en el Instituto y nunca perdía aquella sonrisa que le caracterizaba, junto a sus gafas obscuras.

Cuando ya no estaba yo en el Ramiro, le hicieron, merecidamente, presidente del Estudiantes, cargo que ocupó quince años (1.983-98).

En fin fue una institución, que creo es bueno recordar con mucho cariño y respeto.

Murió el 14 de mayo de 2.009 a los 80 años de edad.

No me enteré y solo pude ir al funeral que se hizo por el año de su fallecimiento en 2.010

Descanse en paz.

7 comentarios:

  1. Fue mi primer maestro cuando comencé en el Ramiro a los 8 años, después de un mes aproximadamente fui a parar con D. Luis Muñoz Cobos hasta finalizar la Preparatoria. Coincido con Manolo en que era una persona accesible y simpática. De las batallas de rojos y azules no me acuerdo, la verdad.
    Cerdán

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    1. Pues yo me acuerdo de las batallas intelectuales que organizaba el Sr. Moneo, de romanos contra cartagineses, a base de preguntas, donde nos ibamos eliminando hasta que solo quedaba un vencendor. Mis años en el Ramiro se extendieron desde 1960 a 1970 y hoy paseando por Madrid he tenido ocasión de dar una vuelta por el Instituto. Hacia muchisimos años que no pisaba por alli (vivo fuera de madrid desde 1977)y casi se me saltan las lágrimas. Creo que el Ramiro forjó totalmente mi forma de ser y siempre lo he recordado con muchisimo cariño. ¡¡¡QUE BUENOS TIEMPOS!!!. UN ABRAZO A TODOS LOS QUE PASATEIS POR EL CENTRO.

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  2. Y, además, era el sempiterno portero del equipo de fútbol de los profesores en el partido anual Profesores-Alumnos que se celebraba en los festejos de Santo Tomás de Aquino.

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  3. Ha sido una grata sorpresa encontrarme este blog, me gusta ver que durante muchos años mi padre el Sr. Moneo cultivo la mente de muchos de vosotros, me alegro de corazón que le tengais en vuestro recuerdo. Gracias de verdad! un abrazo

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  4. Yo también estudié en el Ramiro. Empecé con 6 años en 1970. Conocí al tal "Don mendo" muy mayor. Al señor Moneo. A muñoz cobos. Al padre "cuervo" también muy mayor. Y tuve de profesor ya en 1978 al estupendo Santiago Corral y también a su mujer que no me acuerdo... ya muy mayores. Un saludo a todos los ESTUDIANTES.

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  5. Miguel, tu padre me dio clases particulares en su casa (vivía por López de Hoyos). Íbamos tres o cuatro al salir de clase, por las tardes. Me llamo José
    Luis Galván Vicente

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