D. Luis Muñoz-Cobo Fresco. Profesor de la
Escuela Preparatoria del Ramiro de Maeztu y posteriormente director de EGB. Por Manolo Rincón y Bartolomé Muñoz-Cobo
Yo fui alumno de D. Luis de 19954 a 1.957.
Era D. Luis un andaluz de Montoro, que aún tenía cariño a los olivos y al
campo, de los cuales nos habló muchas veces.
Es una
foto de un grupo de profesores de la Prepa, (parece que celebrando un premio
literario que ganó D. Luis De pie de izquierda a derecha, Sr. Moneo, Srta.
Luisa Marcos, Sr. Cea. Sentado D. Luis.
Otro grupo en el jardincito
de una de las clases de la planta baja (¿os acordáis de las puertas correderas
para abrir en Primavera?, una delicia de diseño) Igual, el 1º de la izquierda,
le veo y no se quien es, Sr. Muñoz-Cobo, D, Saturnino, 3 que no recuerdo sus
nombres, Sr. Escalona, y otro. Sentadas, Srta. María Marcos (la bendita Srta.
María hermana de Luisa Marcos de la foto anterior), 4 que no recuerdo, Dª Maria
Luisa y Dª Amelia (mujer del Sr. Corral, que pudiera estar pero no reconocemos).
Una
comida por Stº Tomás, a la izquierda mi madre, María, Sr. Moneo, una profesora,
Sra. de Moneo y Sr. Muñoz-Cobo.
Cuando le conocí ya llevaba años en el
claustro y nos fue asignado como uno de los mejores profesores.
Organizaba la clase de manera sumamente
competitiva. Los puestos en ella se ganaban por méritos exclusivamente. Todos
deseábamos la primera fila y temíamos la última. Aquel tipo de evaluación se llamaba 'Por Pruebas Objetivas', y es un adelanto de lo que luego ha querido ser una evaluación continuada.
La pieza esencial era entonces la
enciclopedia de Dalmau Carles Plá, compendio de todos los saberes. Usábamos un
catecismo y el libro religioso “Hemos visto al Señor”. En estos dos últimos, D.
Luis nos hacía modificaciones, para incluir su propio estilo.
Tenía un humor andaluz y nos hacía reír
muchas veces. A mi en concreto me llamaba Rinconcito de Café y el niño nacido a
cámara lenta, seguramente porque entonces hablaba muy despacio, pensando que
decía.
La clase siempre nos hacía tenerla
ordenada. Los abrigos en las perchas adecuadas, un cuarto para objetos perdidos
y donábamos una cantidad pequeña, para tener un sacapuntas de manivela, que se
pasaba de curso en curso.
Nuestra clase estaba dando a un jardín
donde jugábamos en el recreo y esperábamos la hora de entrada. La
clase disponía de unas puertas correderas que se abrían en primavera, y en cada
jardín había un árbol que no se repetía de un jardín a otro, de manera que los
niños podían conocer cuál era su clase fijándose en el árbol. D. Luis nos lo
recordaba cada año.
Recuerdo la época del DOMUND y como
traíamos el dinero que podíamos, para hace llegar el termómetro de papel a las
100 pts. Las huchas de chinitos y como recogíamos y contábamos su contenido,
para hacer subir una segunda columna en rojo.
También sus castigos, que nos afectaban
mucho, como no ir al cine de los sábados.
Venía una Sra de la Caja de Ahorros a fomentar
esta virtus. Él guardaba nuestro dinero hasta ese momento y luego hacíamos la
imposición con unos sellos que nos daba la funcionaria, según el dinero
aportado.
Alguna salida hicimos, aunque pocas.
Fuimos al museo de Ciencias Naturales, muy próximo. También fuimos a recibir a
Franco en una visita que éste hizo al Consejo, nos tocó la entrada al Instituto
Daza de Valdés, que aún sigue allí y conserva el nombre.
Hicimos una excursión al embalse
del Atazar, ya que el padre de Ibáñez, compañero de clase, era un alto
ejecutivo del Canal de Isabel II, y se lo había ofrecido.
En la clase de Ingreso (6º A), nos preparó
concienzudamente para que lo hiciésemos bien, con dictados abundantes y cuentas
de multiplicar con su prueba.
El día del examen vinieron las personas
del tribunal y cuando salían de clase él nos soplaba los acentos y la
ortografía. Nadie suspendió y algunos sacamos hasta matrícula.
Siempre guardaré un buen recuerdo de él
(cierro los ojos y le veo con su bigote, su sombrero y su sonrisa socarrona).
Su hijo estudió con nosotros. Familiarmente le llamábamos Tete. Un hijo mayor, Luis, le veía en el recreo. Esto da idea también de su dimensión de padre de familia.
Resulta que Tete, o sea, yo) estaba siempre de la mitad de la clase para atrás, y a mitad del curso bajé a 6º A bis, con el Sr. Corral. Y así empezó un trasiego del A al A bis y viceversa. Terminé en el A, pero mi padre decidió que en 1º de Bachillerato fuese al B, para no ir atropellado. Eso me supuso un cabreo enorme, y por eso me consideré de los dos durante todo el Bachillerato.
El examen consistía en un
dictado y una división “con su prueba”, aún recuerdo cómo él dictaba muy
despacio y el más lento tenía que repetir la última palabra. Creo que éramos
Beberide y yo (Bartolomé) los que siempre repetíamos.
Su hijo estudió con nosotros. Familiarmente le llamábamos Tete. Un hijo mayor, Luis, le veía en el recreo. Esto da idea también de su dimensión de padre de familia.
Resulta que Tete, o sea, yo) estaba siempre de la mitad de la clase para atrás, y a mitad del curso bajé a 6º A bis, con el Sr. Corral. Y así empezó un trasiego del A al A bis y viceversa. Terminé en el A, pero mi padre decidió que en 1º de Bachillerato fuese al B, para no ir atropellado. Eso me supuso un cabreo enorme, y por eso me consideré de los dos durante todo el Bachillerato.
Mi padre aún recuerda cuando le venía a
ver para que le dijese como iba yo en la clase.
Yo siempre le recordaré como un hombre
bueno, que me enseñó muchas cosa y por el que siento un gran respeto.
Sirvan estas líneas de homenaje a su labor
y de reconocimiento a las enseñanzas que nos proporcionó y a la moral y
espíritu de trabajo que nos inculcó.
FOTOS
DE SU VIDA
Otra comida con el Sr. Muñoz-Cobo, el famoso D. Angel Sáenz Melón
(catedrático de Física) y D. Leopoldo Querol Rosso, grandísimo pianista al que
escuché en varias ocasiones, ya sin el arte que por visto tuvo y malísimo
profesor de Francés, (¿os acordáis de su abrigo de piel de camello?, me da un
poco de vergüenza recordar que aburrido de nosotros se fue de clase y no
volvió).
D. Pedro
Dellmans laureado (no dejaba de hablar del Centro al que quería muchísimo y de
Madame Curie, por lo visto asistió a una de sus conferencias en el Auditorio
del CSIC, hoy Iglesia del Espíritu Santo), D. Jaime Hermida (¿Literatura?)
Una de aquellas
demostraciones deportivas en el campo de fútbol, Sr. Muñoz-Cobo
“retransmitiendo”, (como se cargó de hijos y no le llegaba en sueldo, fue
locutor en Radio Nacional de España, y siempre le ponían a hace cosas así en el
Ramiro), a su derecha el Sr. Mendo director de la Prepa, mas allá 2 que deben
ser “autoridades” y D. Luis Ortiz Muñoz director del Instituto. Detrás distingo
al Sr. Dellmans y al Sr. Hermida. Detrás, la tribuna del campo de fútbol.
Otra comida supongo que de
los claustros de la Prepa y del Instituto con el Sr. Escalona y D. Luis
Muñoz-Cobo (Prepa), D.Antonio Magariños,
D. Tomás Alvira, D. Luis Ortiz, D. Eduardo Canto (Prepa) y D. Saturnino
(Prepa).
Curiosa foto en un
homenaje al P. Mindán (D. Manuel Mindán Manero), D. José Navarro Latorre
(Catedrático de Historia, muy bueno en mi opinión, y mas tarde, ya en ésta
foto, Director de BUP,), D. Francisco Alcántara (jefe de la Secretaría) y D. Luis Muñoz-Cobo (en ésta foto ya Director
de EGB).
Imposición
de la medalla de oro del Ramiro por D. Tomás Alvira a D. Luis Muñoz-Cobo en
reconocimiento a sus méritos
Realizado por su hijo Bartolomé y su
alumno Manolo Rincón 24.04.12
Nuestro árbol era un madroño.
ResponderEliminarCerdán
Pues yo no lo recortaba, creía que era un roble.....Pero como estuvimos en 2 clases diferentes pueden ser ciertas ambas afirmaciones
ResponderEliminarHabeis escrito en una de las fotos anteriores:
ResponderEliminar"D. Pedro Dellmans laureado (no dejaba de hablar del Centro al que quería muchísimo y de Madame Curie, por lo visto asistió a una de sus conferencias en el Auditorio del CSIC, hoy Iglesia del Espíritu Santo), D. Jaime Hermida (¿Literatura?"
El de las gafas oscuras no es D. Pedro Calero Catedrático de Matemáticas ¿?
Yo soy ese hermano mayor que iba a ver a D. Luis en los recreos : me llamo Luis María y soy, claro, del Ramiro; cuatro años mas viejo que vosotros. Yo ya he celebrado las bodas de oro y tuve la fortuna de estar en la organización. Hay errores en los nombres de algunos profesores. Al que se identifica con el Sr. Sáenz Melón esra D. Domingo Sánchez; el Sr. Hermida no era Jaime sino Jesús. Ya le haré mas comentarios a mi hermano Bartolomé. Enhorabuena y que lo paseis en grande...
EliminarGracias Luis-María. Yo te recuerdo hablando con tu padre en la puerta corredera de la clase de tus asignaturas del Instituto.
EliminarLos nombres los revisó Tete, y puede que nos hayamos confundido en efecto. Gracias y participa
No se llama pedro sino Gonzalo Calero Manero, me dio clase de matemáticas en Preu, fue uno de los introductores en España de la matemática moderna (Algebra de Boole)
EliminarEl profesor del de hacéis referéncia y que no aparece en la foto era Don José Hermida López.
EliminarEl Sr. Hermida no era Jaime ni Jesús sino José... A no ser que hubiera otro Hermida distinto al que yo conocí.
ResponderEliminarEn efecto Amado, es José Hermida. Disculpa la errata. Un saludo:
EliminarManolo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarYo también estudié en el Ramiro. Empecé con 6 años en 1970. Conocí al tal "Don mendo" muy mayor. Al padre "cuervo" también muy mayor. Y tuve de profesor ya en 1978 al estupendo Santiago Corral y también a su mujer que no me acuerdo... ya muy mayores.
ResponderEliminarA raíz de mirar el blog me resurgen mas recuerdos como Escalona, el director Muñoz Cobo, el de las gafas oscuras que me suena eso de Pedro Calero (que estaba igual a finales de los 70 - primeros de los 80, un poco mas mayor), Cea también lo recuerdo siendo yo muy niño y otros mas.
Un saludo a todos los ESTUDIANTES.
La mujer del Sr. Corral era Doña Amelia, se jubiló en el curso 78-79. Mi clase fue la última que tuvo, desde 1o a 3o de EGB.
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ResponderEliminarMe llamo Juanjo y pasé en el Ramiro 11 cursos (4 preparatoria + 4 bachiller elemental + 2 bachiller superior + COU) desde 1965 a 1976.
ResponderEliminarDon Luis Muñoz-Cobo (es decir, “el Muñoz-Cobo”) me dio clase y fue mi tutor en Primero de Bachiller (el 1ºA del curso 1969-70). Parece ese curso constituía un experimento que se venía repitiendo desde hacía años. El experimento consistía en que, para evitar el abrupto pase de un sistema de maestro único a otro sistema en que cada asignatura era impartida por un único profesor, un maestro especialmente cualificado y licenciado universitario (Muñoz-Cobo) impartía varias asignaturas, todas ellas principales: Matemáticas, Lengua Española y Geografía. También nos impartió Religión (con el matiz que indicaré más adelante) y creo que F.E.N.
Tengo de él un recuerdo amable aunque era razonablemente estricto. Mandaba y se notaba que mandaba. Nos inició en la papiroflexia enseñándonos a hacer una pajarita y, lo que es más importante, a sacar de la pajarita una góndola veneciana. Cuento dos anécdotas con Don Luis que me vienen a la memoria:
La Religión. Inicialmente, la clase de Religión comenzó a darla el Padre Chalud quien nos indicó que, para seguir la clase, teníamos que llevar una Biblia, preferentemente la de Jerusalén (carísima) o, al menos, la Nácar-Colunga (no tan cara). Mis padres, con cristiana resignación (nunca mejor dicho), me compraron la Nácar-Colunga. A los pocos días, aparece Don Luis a la hora de Religión diciendo que ha habido un reajuste y que la clase de Religión la daría él mismo. Igualmente nos dice que él no va a utilizar ningún texto en particular. Yo pregunto: “Entonces ¿ya no hace falta comprar una Biblia?” y él dijo: “Pues no”. Pensando en el desembolso que habíamos hecho con la Nácar-Colunga, se me escapó un inocente “¡¡ Joroba !!” que fue severamente reprendido por Don Luis preguntándome “si me habían educado en el Pozo del Tío Raimundo”. En aquella época “el Pozo” tenía unas connotaciones de exclusión social hoy día felizmente desaparecidas.
La Novela de Curwood. Una tía abuela mía me regaló en aquélla Navidad una novela del oeste de James O. Curwood, “Nómadas del Norte”, que, según ella, debían leer los niños de mi edad. Eso sería cierto en los años 20 ó 30 pero no creo que lo fuera ya en los 60 ó 70. El caso es que le presté el libro a un compañero de clase, Valentín, quien decidió que era más entretenido leer el libro que seguir la clase de Don Luis. Naturalmente, Don Luis le pilló y le requisó el libro. Inmediatamente invoqué mis derechos como legítimo propietario del libro pero Don Luis aplazó mis pretensiones: “Me la pides al final del curso”. Llegó el final de curso y de lo último de lo que yo me acordaba era de la novela de Curwood, de manera que allí se debió quedar, junto con el resto de libros y demás objetos requisados a los alumnos poco atentos.
He llegado a esta página por accidente y me he encontrado con este merecido homenaje a don Luis Muñoz-Cobo. ¡Cuántos recuerdos! Lo he reconocido en cada una de las anécdotas que aquí se cuentan. Mi promoción fue la última donde él dió clase, siendo nuestro tutor y profesor de las asignaturas de humanidades en los años 1981-82 y 1982-83, curso que no llegó a finalizar por jubilarse antes. Recuerdo como sus alumnos, de forma espontánea, le organizamos una fiesta de despedida su último día, ¡con Fanta y gusanitos a las 9 de la mañana!
ResponderEliminarMuchas veces, cuando por cuestiones de trabajo, me toca escribir algún comunicado, lo recuerdo diciéndome "Aguilar, tu redactas muy bien". Creo que es el mejor homenaje que se le puede rendir a un profesor.
Yo fui alumno de D. Luis Muñoz-Cobo, en 1º de Bachillerato, curso 1966-67. Nos daba Geografía y Religión en el Hispano-Marroquí, y le recuerdo socarrón, dado a poner motes ingeniosos a los alumnos. Recuerdo que nos dijo que era nacido en Montoro, Córdoba. Nos subía décimas de puntos por presentarle folletos turísticos sobre Geografía, que pedíamos en agencias de viajes...
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