Mª de los Desamparados de Alcedo, por Paco Acosta

Bajo el pomposo, y casi nobiliario nombre de María de los Desamparados de Alcedo y de la Espada, hemos de considerar a nuestra profesora de Ciencias Naturales, en 3ºA, durante el curso 59/60, y a la que nosotros llamábamos simplemente la Srta. Alcedo, o incluso, bajo cuerda, “la Bichos”.

Lo poco que recuerdo de ella, es una imagen de señora mayor, (claro que para unos críos de 12-13 años, cualquier adulto con más de 50 años nos parecería bastante mayor), tranquila, dándonos clase de una asignatura generalmente agradecida para los chiquillos, en la que podíamos asociar con relativa sencillez, lo que era objeto de aprendizaje, con nuestras reducidas experiencias vitales de “contacto con la naturaleza”.

Manolo Rincón en las Memorias de la Promoción, nos dice de ella que era una “inefable solterona que nos hablaba de animales, plantas, geología y un montón de cosas,…” y además añade “mucho nos mandaba callar, pues no parábamos en su clase.” Y no me extraña que enredásemos y quisiéramos intervenir casi constantemente. Era la única asignatura de aquel año en la que durante la explicación de casi cualquier lección podíamos opinar o hablar, ….

En lo que Manolo se equivoca, es en decir que era una solterona. La Srta. Alcedo estaba casada y con un hijo, aunque entonces eso nosotros no lo sabíamos, ni tampoco nos importaba. La veíamos mayor, y no nos interesaba su vida privada. Aparte de eso, en aquel entonces había una “gran distancia” entre profesores y alumnos. Por cierto su hijo debió sentirse más atraído por las Ciencias Naturales (por parte de madre) que por la topografía (por parte de padre), y también se dedicó a la enseñanza, en la que llegó a ser catedrático de instituto.

He localizado que la Srta. Alcedo nació el 30 de Mayo de 1901, en Valencia. No he encontrado nada concreto de su vida profesional hasta 1954, en la que aparece como profesora de Ciencias Naturales del Instituto Cardenal Cisneros, y, lo que para mí fue una agradable sorpresa, también en su función de Director técnico del Colegio San Luis de los Franceses. En junio de ese año el Gobierno francés le concedió “la preciada condecoración intelectual Las Palmas académicas, por los eminentes méritos contraídos en la cooperación cultural hispano-francesa”.

En 1958, se publicó en el BOE, el escalafón definitivo de Profesores Numerarios de Institutos Nacionales de Enseñanza Media. Aparece en él, encuadrada en la cuarta categoría, con antigüedad de 17/8/1949, lo que le proporcionaba un sueldo anual de 22.080 pts, y una gratificación complementaria de 7.250 pts., y estaba destinada en el Cardenal Cisneros de Madrid. Por cierto que en este escalafón aparecen también, otros profesores del Ramiro: el P. Gabino, Palomares, Dellmans, Brañas, Lucila Utrilla, Pavía, Madame Morales, Ayala, Hermida, Brígida Stötter, Helia Escuder,….

Me imagino que una vez aparecido el escalafón pediría el traslado al Ramiro, ya que nosotros comenzamos con ella el curso 59/60. En octubre de 1960, es convocada, ya como profesora adjunta numeraria del Ramiro de Maeztu, a formar parte de un tribunal de oposiciones. Mindán, en su libro, la incluye en el Seminario de Ciencias Naturales del Ramiro, como “profesora agregada numeraria”, que debe ser lo mismo, pero suena distinto….

Durante el tiempo que estuvo en el Ramiro, continuó ejerciendo su labor de Directora técnica en el Colegio de San Luis de los Franceses, y en 1968, con motivo de la inauguración de la nueva sede del colegio, en Pozuelo de Alarcón, apareció una reseña en ABC, en la que se indicaba: “Asume [….] la dirección técnica la señora De Alcedo, que ha ejercido importantes funciones didácticas en el Instituto Cardenal Cisneros, y actualmente en el Ramiro de Maeztu”. Es decir con 67 años continuaba en activo….

Y a ella, ¡mucho le debió importar nuestro instituto!, continuaba “presumiendo” de sus importantes funciones didácticas en el Ramiro, (a pesar de ser considerada una “profesora agregada”), cuando en el San Luis tenía un cargo destacado, y reconocido,….. incluso pasado el tiempo. Quizás es por eso, por lo que me he decido a escribirle esta semblanza. Ya se que los desagravios tardíos no tienen eficacia, pero al menos ahí quedan. O al menos lo intento.

Y es, únicamente en las páginas de antiguos alumnos del Colegio San Luis de los Franceses, donde aún podemos obtener alguna breve información sobre ella: «fue profesora agregada de bachillerato de Ciencias Naturales en el Instituto Ramiro de Maeztu y en el Colegio Saint Louis des Français. En este último organizó el Bachillerato, y ocupó el cargo de Directora Técnica. Fue Vicepresidenta y Colegiada de Honor de la Mutualidad del Colegio Oficial de Doctores y Licenciados. Fue nombrada Miembro Honorífico de la Real Sociedad de Historia Natural. Recibió el Lazo de Alfonso X el Sabio y fue nombrada “Officier des Palmes Académiques de France”. Sus alumnos y colaboradores recuerdan su actitud respetuosa, su vocación por la enseñanza y su gusto por saber».

Y en reconocimiento a su memoria y virtudes, han establecido el “Premio Amparo Alcedo, a la perseverancia y la apertura de espíritu”, en el que todos los profesores de 2º de bachillerato, en votación anónima y secreta, designan al alumno de 2º de mejor valoración en cuanto a “evolución a lo largo de los cursos, capacidad de atención en clase, regularidad en el trabajo, capacidad de aceptar críticas y cualidades personales”.

De esa página he sacado la única fotografía que he encontrado de ella.

La Ilustrísima señora doña María de los Desamparados de Alcedo y de la Espada, falleció el 5 de Diciembre de 1996.

En una ponencia del XVI Coloquio Internacional de la AEHIM (Asociación Española para la Igualdad de Hombres y Mujeres) celebrado en Salamanca en 2012, María Poveda Sanz, de la Universidad Complutense de Madrid, al tratar el tema “Científicas y Educadoras en el Madrid de la primera mitad del siglo XX” indica “En esta comunicación se intenta mostrar la trayectoria académica y profesional de mujeres que estuvieron vinculadas a institutos madrileños durante los años republicanos, en materias tradicionalmente impartidas por hombres (Matemáticas, Historia Natural, Biología, Física, Química, etc.) y que, no desaprovechando su tiempo, también ocuparon puestos laborales en otras instituciones de carácter científico-académico. Mujeres científicas y educadoras que, poco a poco, vamos (re)conociendo y visibilizando, como es el caso de…” y cita entre ellas a María de los Desamparados de Alcedo, “Mujeres que con su quehacer profesional posibilitaron la aparición de nuevos arquetipos femeninos, interrumpidos con el estallido de la guerra y la llegada del franquismo. Finalmente, mujeres que por su condición femenina, sistemáticamente se han visto relegadas, marginadas o excluidas de la historia”.

Y nosotros, sin enterarnos de nada, continuamos llamándola familiarmente, “la Bichos”….